Abogada alemana Sylvia Stolz vuelve a la cárcel por criticar censura sobre el Holocausto
La letrada alemana Sylvia Stolz fue condenada el miércoles en Múnich (Alemania) a 20 meses de cárcel por declaraciones pronunciadas en 2012 en las que puso en entredicho el relato ‘oficial’ sobre el denominado ‘Holocausto’ y la persecución de los historiadores críticos.
“No soy en modo alguno el primer abogado castigado por ‘negación de holocausto’, ni de lejos”, dijo Stoltz en su discurso, dedicado fundamentalmente a denunciar la imposibilidad que tienen los estudiosos críticos del denominado ‘Holocausto’ de defenderse ante los tribunales europeos, puesto que la propia presentación de pruebas constituye el mismo ‘delito’ que se imputa al acusado.
De hecho, Stoltz pronunció su alocución (aquí, en inglés) en la VIIIª Conferencia de la Coalición Anticensura (AZK, en alemán) en 2012, pocos meses después de salir de prisión, tras cumplir 3 años y 3 meses de una condena de 5 años de cárcel por su defensa en 2007, como abogada, del estudioso alemán del Holocausto Ernst Zündel.
Zündel recibió entonces la misma condena que después aplicaron a su abogada: 5 años de cárcel por “incitación al odio contra una minoría de la población”, interpretación que suelen hacer los tribunales alemanes de la refutación del relato oficial sobre el Holocausto.
Además, señaló Stoltz en su discurso de 2012, ni siquiera es posible saber qué constituye exactamente ‘negación del Holocausto’, puesto que los hechos, cuya discusión en Europa está prohibida, no fueron establecidos con claridad por los tribunales militares de los Aliados al terminar la Segunda Guerra Mundial, ni lo han sido en los juicios posteriores a historiadores revisionistas.
Los tribunales de Núremberg, criticados ya en su momento como “fraude” por el Jefe de Justicia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, Harlan Fiske Stone, y por otros por no respetar los principios básicos del derecho, renunciaron explícitamente en sus estatutos a la demostración de hechos que se suponían “de dominio público”, recordó Stoltz.
Como prueba de la imposibilidad del debate en Europa, la abogada citó la célebre respuesta de 34 historiadores ‘oficiales’ franceses en 1979 al historiador crítico Robert Faurisson, luego de que este publicase por primera vez los planos de las supuestas cámaras de gas del campo de trabajo de Auschwitz.
“No debe preguntarse cómo, técnicamente, fue posible tal asesinato en masa”, afirmaron los historiadores en un artículo de opinión en el diario Le Monde. “Fue posible técnicamente porque sucedió. Tal es el punto de partida obligado de toda investigación histórica sobre el asunto. Esta verdad es la que nos corresponde recordar: no hay ni puede haber ningún debate sobre la existencia de las cámaras de gas”.
Pese a que numerosos dirigentes occidentales se manifestaron recientemente en París a favor de la libertad de expresión, la condena forma parte de un retroceso general de esa libertad en Europa occidental, lo que se defiende —igual que al régimen israelí— bajo pretexto de la lucha contra un supuesto “antisemitismo”.
“Obviamente, la libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia en Europa, pero la negación del Holocausto es particularmente sensible y nociva para la cohesión social, en especial con el auge del antisemitismo en Europa”, dice la dirigente de la Red Europea Contra el Racismo (ENAR, en inglés), Claire Fernández, en declaraciones recogidas el miércoles por el semanario estadounidense ‘Newsweek’.
En septiembre de 2013, la Comisión Europea advirtió, en particular al Gobierno español, de que a partir de 2014 podría castigar a los Estados miembros que no sancionen “penalmente la incitación a la violencia y el odio”, interpretación habitual que se hace de los estudios críticos sobre la historia de la Segunda Guerra Mundial.
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