India, Singapur, Kazajistán, Pakistán, Vietnam y Qatar figuran entre los 21 países signatarios del acuerdo. Japón no lo ha suscrito debido a su rivalidad con Pekín en los terrenos militar, político y económico. Australia, Indonesia y Corea del Sur no estuvieron representados en la ceremonia.
El Banco Asiático de Inversiones en las Infraestructuras (AIIB) estará dotado de un capital inicial de 50.000 millones de dólares y su sede estará localizada en Pekín, según los medios chinos.
Este banco habrá de servir para desarrollar infraestructuras en toda la región, incluyendo la construcción de una línea de ferrocarril que una Pekín con Bagdad, según el periódico Financial Times.
“En chino tenemos un viejo proverbio que dice que si quieres convertirte en una persona rica, debes construir primero las rutas. Yo creo que esto describe de forma concreta la importancia de las infraestructuras para el desarrollo económico”, dijo el presidente chino Xi Jinping.
La creación de un banco alternativo al Banco Mundial por parte de China refleja su frustración ante el dominio que ejercen los los países occidentales sobre el gobierno de las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el FMI.
Las potencias emergentes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) crearon en julio su propio banco y un fondo de reserva en un deseo aparente de diseñar una arquitectura financiera alternativa frente a dichas instituciones.
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